Blog

En este último escrito me gustaría resumir lo que he dicho antes y transmitir además de los datos fríos, las emociones. Después de tres días de viaje volvimos a Italia. Ahora, miles de kilómetros de distancia en nuestras cómodas camas, mirando hipnotizados el techo el pensamiento todavía es la incredulidad de que estábamos allí.

En los ojos todavía tenemos los colores cálidos del desierto: el verde brillante de los cactus, los muchos tonos de piedras, de negro a rojo oscuro a ocre, el brillo mágico de arenas de cuarzo y el perfil suave de las rocas de granito que hacen este paisaje único. Y qué pasa con los miles de estrellas que acompañaron a nuestras noches? Los habitantes de las ciudades, esos raros momentos en que miran para arriba al cielo sólo perciben un velo opaco de un indefinido negro; aquí, levantar los ojos, significa maravilla infinita, una explosión de luces parpadeo y azulado que dejan boquiabierto, petrificado, sin palabras. El desierto, sin embargo, no siempre es como nos imaginamos: un estereotipo de arenas calientes, calor sofocante y ninguna señal de vida. A veces puede estar lleno de piedras, frío por la noche y poblado de cactus, cascabeles y alacranes; esto es el desierto de Baja California. Dónde estábamos? En el Valle de los Cirios 25.000 kilómetros cuadrados de desierto compuestos por muchas especies de cactus, incluyendo "lo que brincan", a saber, que apenas toque ellos lanzan sus piezas que se pegan en la carne o se encontrarán unidos a los zapatos llevándolos a pasear sin darse cuenta. No estan enfadados con nosotros que estamos allí para violar esos silencios, pero es su manera un poco violenta para propagar la especie. Luego están las serpientes de cascabel, el color de la tierra, y los escorpiones, que afortunadamente aquí no son mortales, pero la picadura es muy dolorosa; en resumen, estamos en buena compañía. Nos hacemos base en Cataviña, un puñado de casas en la Transpeninsular, la única autopistas que cruza de norte a sur los dos estados de California Mexicana (Baja California y Baja California sur). A propósito, el nombre "californios" fue dado a los nativos de estos lugares por los primeros misioneros jesuitas que llegaron aquí en el siglo XVIII por mandato del rey español Carlos V. Deriva de Califerne, un lugar imaginario mencionado en una historia de el siglo VIII relacionada con Carlomagno. De Cataviña nos movemos cada vez más en varias direcciones por recomendación de los "rancheros" del lugar. Estuvimos en la Bocana, descansando en un refugio en el desierto equipado por nuestro amigo y guía Nathan Velasco, un joven inteligente y sensible a la protección y preservación de este entorno. Exploramos el sitio de la Bachata, con sus numerosos petroglifos; luego nos trasladamos a la zona de la Sierra de la Asamblea, una zona salvaje con relieves de granito de hasta 1600m, totalmente inexplorada e infinitamente alejada de cualquier signo de civilización. Aquí sufrimos el frío por la noche y el calor durante el día, fuimos sorprendidos por una tormenta violenta que acabó nuestras creencias sobre el clima del desierto, así como disperdio nuestros caballos. Los días posteriores, recuperados los caballos y las largas montadas han premiado los sacrificios con numerosos descubrimientos, también importantes, como el sitio de "La Pintada", un bloque a lo largo del lecho rocoso de un arroyo seco, una enorme pizarra natural literalmente cubierta de petroglifos, o como “La Pintadita 1”, y “La Pintadita 2”, verdadero éxito de esta expedición. Sus pinturas rupestres pertenecen al estilo Gran Mural, lo que esperábamos encontrar en estas áreas, para conectar los otros dos sitios importantes: uno a muchos kilómetros más al norte, en la Sierra de San Francisco y el otro en el sur, en la Misión de San Borja. Encantado nuestro amigo y socio La venta Carlos Lazcano, geólogo, director del Museo de Historia de Ensenada, creador del proyecto con la "Sociedad de la Antigua California". Los últimos días no han ido muy bien, ya que estamos a vagar en la inmensidad del desierto para comprobar los informes de los ganaderos ancianos que tenían vagos recuerdos de dibujos o manchas de color en las rocas. De éstos, uno nos dio una esperanza, hablando de una gran cavidad, que él llamó la "Cueva Pintada" donde dijo que pueden parar once caballos (quién sabe por qué once) y cuyas paredes están cubiertas con diseños policromados de todo tipo. Tratamos de llegar con 4x4 (a caballo necesitan nueve horas). Hemos tratado, pero después de tres horas de sacudidas, polvo, pinchazos y concusiones varías, teniendo en cuenta que el camino lo estábamos inventando en este momento y corremos el riesgo de permanecer allí para siempre, nos dimos por vencidos. Por desgracia nuestro tiempo había terminado, pero justo este último objetivo puede estimular una expedición el año que viene, tal vez toda a caballo. Mientras tanto, sólo podemos soñar... Francesco Lo Mastro – La Venta Esplorazioni Geografiche. Participarón por La Venta: Carlos Lazcano, Franceso (Ciccio) Lo Mastro, Luca Massa, Martino Frova. Agradecemos a los guías: Nathan Velazco, di Cataviña  quien ofreció un importante apoyo y ha sido el enlace para ubicar a guías en otras regiones del Valle de los Cirios. Don José Sánchez y su hijo del mismo nombre, quienes fracasaron en el intento por llevarnos a la Cueva Pintada. En la Sierra de la Asamblea, los guías David Torres (hijo) y David Torres (padre), quienes son grandes conocedores de esta sierra. Apoyaron nuestra aventura: Intermatica (Telefonía por satélite), Ferrino (Ropa y equipo al aire libre), Dolomite (Calzado de montaña), Amphibious (Bolsas secas), Scurion (Sistemas de iluminación Led), Tiberino (Alimentos liofilizados listos para ser cocinados).

Questo sito o gli strumenti terzi da questo utilizzati si avvalgono di cookie necessari al funzionamento ed utili alle finalità illustrate nella cookie policy. Se vuoi saperne di più o negare il consenso a tutti o ad alcuni cookie, consulta la cookie policy. Cookie policy