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Estoy en la etapa de vuelta, aeropuerto de Boa Vista, Brasil.
He partido ayer a las 8 de la mañana del campamento base subterráneo en la cueva Imawarì Yèuta (“La Casa de los Dioses” para los indios pemónes).
Ya era tarde. No había escuchado el despertador porqué durante la noche, debido a un fuerte lluvia afuera, creció el ruido del rio subterráneo que corre cerca del campamento. O quizá no lo escuche porqué no quería irme de la Casa de los Dioses.
En meno de media hora había llegado a la superficie, al campamento base del Auyan Tepui, donde a un lado de las coloradas carpas Ferrino descansaba un ser extraño, negro, gigantesco. Lo que en los Tepuis llamamos Maquina del Tiempo: el helicóptero.
Ni el tiempo de un café, teníamos que bajar de inmediato para aprovechar la ventana de buen tiempo entre las nubes, que casi siempre cubren esta parte del inmenso Auyan Tepui. Fuera el traje espeleo, vamos con la ropa húmeda por las lluvias nocturnas, saludos y besos, un poco de emoción como siempre pasa cuando nos separamos. Y como siempre se desencadena la lucha entre el deseo de una buena ducha y el querer quedarse aquí.
En la gruta quedo el grupo que esta trabajando al escaneo laser de las partes más importantes: la Galería de las Miles Columnas, el Salón Paolino Cometti, la Sima de la Cascada. Trabajo lento, monótono, pero extraordinariamente necesario en un lugar único como lo es este sistema subterráneo.
Afuera, a poca distancia del campamento base externo, ayer se descendió una nueva fractura (grieta) y encontró una cueva con agua que sigue, pero no la gran galería y el gran rio que es cierto, están allí abajo en algún lado. Cabe decir que Imawarí ya es larga más de 22 km, y no fue topografeada ni explorada por completo...
El grupo es alegre, aunque no todo ha ido bien. Gastos mayores de lo planeado, el repetidor radio que no llega a cubrir esta zona, muchas enfermedades molestosas, sobre todo disentería y similares.
No es el agua de nuestro campamento, sino algo que había en el pueblo de Kanarakuni donde estuvimos hace algunos días. Los antibióticos no funcionaron y sufrieron sobre todo Carla, Daniela y el capitán Cesco Sauro, hoy llamado Revenant.
Vamos. El primer intento de aprender la maquina fracasa. Se no se enciende el carro en mi casa puedes empujar, o ir al taller más cercano. Pero aquí? En la cumbre de un Tepui? Desde aquí no se puede bajar a pié, ni con cuerdas, deberíamos esperar otro helicóptero, quien sabe de donde y cuando...
Luego el ruido de la turbina raja el aire sutil de la montaña, el viento creado por las palas azota los impenetrables bosques de Bonetia, mientras los compañeros que quedan agarran las carpas para que no vuelen. Sus caras nos miran yendo abajo, cada segundo más lejos. Entramos en las nubes.
Veinte minutos de vuelo y bajamos 2000 metros hasta Kavak, pueblo indígena y pequeña estación turística manejada por la comunidad de Kamarata. Primera ducha después de un numero indefinido de días, prácticamente el éxtasis. Ropa al sol para unos minutos, comida rápida y luego un Cessna que en dos horas vuela casi 500 km y me lleva a Santa Elena de Uairén, a la frontera con Brasil, de donde había salido hace tiempo. Posada Apoipó, primera noche en una cama normal después de un mes, tan deseada: pero es increíble, duermo mal, y todavía pienso a lo que estamos haciendo.
Luego las difíciles exploraciones en el Sarisariñama, la segunda parte de la expedición La Venta/Theraphosa se esta dedicando a la Casa de los Dioses con actividades científicas como levantamiento con escaneo laser, muestreos microbiológicos entre otras. Terminaran el 22 o 23 próximos, luego la mayor parte del grupo (unos 15 personas) regresara a Italia, algunos afortunados seguirán al Sur para la expedición a Patagonia, mientras los amigos venezolanos quedaran en su casa, a luchar cada día en contra de una situación social y una inflación que van destruyendo uno de los países más bellos y ricos del mundo. Que la fuerza los acompañe, hermanos.
Esta mañana he pasado la frontera con Brasil, llegando al aeropuerto de Boa Vista, donde estoy ahora esperando el vuelo a Manaus. Hoy dormiré en la capital del Estado de Amazonas, a un lado del Rio Negro, y mañana vuelo a Lisboa vía Belem. En Italia hasta el domingo, habiendo salido el jueves. Cuatro largos días para volver y muchos, muchos más para recordar.
Tullio

 

La expedición es organizada por La Venta Esplorazioni Geografiche y por Teraphosa Exploring Team con el apoyo de: Gobernación de el Estado de Bolivar, Raul Helicopteros, Dolomite, Intermatica, Ferrino, Amphibious, De Walt, Allemano Metrology, Chelab, Scurion, GTLine, New Foods, MountainHouse, Bee1, Raumer, Tensile, Fedra srl di Tiziano Conte, Konus, Erboristeria Sauro.

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