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Ponte Colossale

Las pinturas del Puente Colosal de Tepelmeme JuquilaEn el curso de la expedición Juquila en el 2002 se había observado un caso especialmente significativo de la continua relación entre ambientes cársticos y antigua actividad humana. Al interior del Puente Colosal de Tepelmeme se encuentran de hecho numerosas pinturas rupestres que testimonian cómo el espectacular arco natural despertó el interés de los grupos indígenas que vivieron en el curso de la época prehispánica y que habitaron la región. Las pinturas son de hecho de excelente calidad estética y técnica, tanto que podrían ser mencionadas entre los mejores ejemplos de arte rupestre mexicana.
Tradicionalmente conocidas por los actuales habitantes del lugar, las pinturas de Tepelmeme se han descrito adecuadamente en la literatura científica apenas desde hace pocos años. A la mitad de los años sesenta fueron observadas por Ross Parmenter, el cual recibió también de un lugareño un hueso de un felino encontrado bajo el arco natural y decorado con una compleja incisión. La relación de Parmenter se quedó inédita y una mejor descripción de las pinturas fue publicada por el arqueólogo Carlos Rincón Mautner solamente a la mitad de los ochentas. Finalmente, en el 2004 Javier Urcid llevó a cabo un detallado proyecto de investigación durante el cual se registraron las pinturas y se encontraron numerosos vestigios arqueológicos, tanto al interior del Puente Colosal como en sus alrededoresJuquila. Los resultados de estas investigaciones indican que las primeras ocupaciones del Puente datan probablemente del periodo Arcaico (7000-2000 a.C.). Pero fue en el periodo Clásico Tardío (siglo VI-IX) que la mayor parte de las pinturas del Puente fueron pintadas por grupos nuiñe, pertenecientes a una tradición cultural típica de la Mixteca Baja, cuya exacta filiación lingüística es todavía poco conocida. Las pinturas ñuiñe del Puente Colosal están constituidas principalmente por glifos calendáricos acompañados por numerales: con toda probabilidad se trata de nombres calendáricos (es decir aquellos nombres que los mesoamericanos adoptaban basándose en el día de nacimiento) y su disposición sugiere que los diferentes grupos de glifos deben ser interpretados como registros genealógicos, o sea, como secuencias genealógicas que testimonian la origen noble de algunos individuos: el grupo de glifos más espectacular, por ejemplo podría ser leído como “1 Hierba es hijo de 11 Lluvia, a su vez hijo de 10 Búho”. Las heterogéneas características estilísticas de las pinturas ñuiñe, así como diferentes casos de sobreposiciones, indican que las pinturas fueron realizadas en diferentes momentos, la mayor parte de ellas al terminar del periodo Clásico, periodo en el cual florecieron diferentes asentamientos cercanos al Puente ColosalJuquila. Entre las pinturas de carácter no genealógico sobresale la figura de un prisionero desnudo con los brazos atados detrás de la espalda que pierde sangre por el pene, imagen que alude al carácter “fertilizante” del sacrificio humano de los prisioneros de guerra. Las pinturas más tardías y menos vistosas datan del Posclásico Temprano (900-1250 d.C.), época a la cual también data el hueso inciso ya mencionado. Las últimas ocupaciones prehispánicas del Puente Colosal (Posclásico Tardío, 1250-1500 d.C.) son testimoniadas no por las pinturas rupestres pero sí por los hallazgos de piezas de mosaicos de turquesa, perlas de jade y fragmentos de copal, restos de ofrendas depositadas al interior del túnel. Según los testimonios locales recabados por Urcid, en la cueva fueron encontradas máscaras de madera recubiertas por mosaico de turquesa, desgraciadamente quemadas porque se creía que eran obra del demonio. Las pinturas y los restos de las ofrendas del Puente Colosal indican que los antiguos grupos indígenas percibieron el espectacular ambiente cárstico como un ambiente sagrado y asociado al mundo infraterreno de la fertilidad y de los antepasados. Así como hacían en la mayoría de las cuevas, los indígenas interactuaron con estos ámbitos cósmicos a través de rituales, cuyos restos materiales son aquellos que hoy podemos todavía observar al interior del Puente Colosal. Torna al progetto

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